APRENDER
Tus ideales, tus acciones, tus gustos, tus decisiones... ¿de dónde salen? ¿Cuánto de lo que eres es aprendido? ¿Hasta dónde llega tu libertad? ¿Eres realmente libre? Esta es la primera pregunta que nos tenemos que hacer si aspiramos a serlo de verdad. Sin miedo a la respuesta. Sin miedo a las consecuencias. Sin miedo a tener que desaprender y volver a empezar. Si el premio es ser más libres, no cabe el miedo.